La amistad es el puente que une almas, incluso cuando la distancia parece un abismo

A veces, las circunstancias de la vida nos alejan físicamente de quienes más queremos. Sin embargo, la verdadera amistad tiene una fuerza especial: puede sostenerse a través de la distancia y el tiempo. Cuando existe un lazo genuino, no importan los kilómetros ni la frecuencia de los encuentros; la conexión permanece intacta. Un mensaje inesperado, una llamada breve o una risa compartida por un recuerdo común son suficientes para reavivar el vínculo. Este tipo de amistad no se oxida, porque se nutre de la confianza, el respeto y la certeza de que, sin importar lo que pase, ambos estarán ahí cuando se necesiten. La distancia puede probar la fortaleza de una relación, pero nunca podrá destruir lo que ha sido construido con cariño y autenticidad.