A veces, para encontrar tu luz, debes aprender a abrazar tu sombra

Vivimos en una sociedad que nos enseña a ocultar nuestras debilidades, errores y emociones difíciles, como si fueran algo vergonzoso. Sin embargo, tu sombra es parte de ti y, lejos de restarte valor, te da profundidad y autenticidad. Abrazar tu sombra no significa rendirte ante tus defectos, sino reconocerlos y entender de dónde vienen. Significa dejar de huir de ti mismo para mirarte con compasión y sin juicio. Muchas veces, es en tus momentos más oscuros donde aprendes las lecciones más valiosas y desarrollas la fuerza que te lleva a brillar con más intensidad. La luz que proyectas solo tiene sentido cuando nace de haber transitado la oscuridad. Así que no temas a tus partes rotas: repáralas, intégralas y deja que se conviertan en el combustible de tu transformación.